París, 23 jun (EFE).- Marcar pauta en la moda de hombre sigue siendo un reto, como lo demostraron hoy las firmas Cerruti, Hed Mayner y Christian Dada, empeñadas en recuperar el fondo de armario masculino para colarse en las tendencias del próximo verano gracias a detalles divertidos, como el color o los estampados.

Inspirado en los colores de Miami (EE.UU.), Jason Basmajian, el director creativo de Cerruti, puso sobre la pasarela estilismos del día a día de un hombre moderno y relajado, que disfruta de estar a la última pero que no renuncia a la elegancia de lo clásico.

"El punto de partida era la ligereza. Me gusta mezclar lo deportivo con la sastrería, incluyendo logos gráficos, muy modernos", explicó Basmajian a Efe tras el desfile.

Los estampados ilustrados se mezclaron con rayas, casi siempre en tonos tierra y salmón, con algunos toques de azul, blanco y verde pistacho, inspirados en los colores de la ciudad de Miami, comentó el diseñador.

Los accesorios fueron precisamente lo que mantuvieron el toque deportivo en toda la colección: zapatillas bicolor con cordones en ante y grandes mochilas o bolsos tipo "tote".

En la ropa, Cerruti apostó por camisas y camisetas de manga corta y mangas anchas, combinadas con pantalones de tipo chinos lisos o estampados a rayas.

Para los días más fríos, el look se completa con abrigos fluidos, especialmente gabardinas a media pierna o largas trencas impermeables.

También este viernes fue el turno del diseñador israelí Hed Mayner, que se estrenó en esta Semana de la Moda masculina en la que se presentan las colecciones de primavera-verano 2018.

El joven creador presentó apenas una veintena de creaciones nutriéndose de las prendas básicas del ropero masculino pero dándoles un giro gracias a las referencias culturales de su Israel natal.

"La inspiración israelí es la mezcla de culturas, la idea de crear algo de la nada, de trabajar con los materiales e ideas que están a tu alrededor", comentó el modista a Efe en el backstage.

Un look cómodo, rico en materiales como el lino y el algodón pero al mismo tiempo en un estilo uniformado, inspirado básicamente en los trajes militares.

Es lo que tiene "venir de un territorio militar, de una comunidad llena de uniformes donde puedes seguir las normas o romperlas dándoles una vuelta", decía el propio Mayner.

Así, no faltó el color verde militar en abrigos completamente asimétricos y deformados, cargados de pliegues y telas que aparecen de la nada, en una propuesta pintada en blanco, beige y gris donde las protagonistas eran más bien las formas.

Las camisas se transforman en kimonos, los pantalones suben hasta la cintura con una manga anudada en forma de cinturón y las chaquetas se transforman en batas extra largas semitransparentes.

"Se trata de recuperar la esencia de prendas tradicionales pero transformándolas con nuevas interpretaciones", concluyó el diseñador.

La misma técnica de reinvención sirvió de inspiración al japonés Christian Dada en sus trajes desectructurados y en sus chaquetas y jerséis a medio coser.

Dada acostumbra a convertir los trajes de chaquetas y looks más clásicos en estilismos extremadamente punks solo aptos para los más irreverentes. Pero en esta ocasión la línea tuvo un toque más inocente, quizás por los colores donde primó el celeste y el beige, además del recurrente negro.

También cambiaron los detalles, ligeramente hippies, como boinas de piel y collares extra largos.

Christian Dada presentó, además, algunos estilismos femeninos, aunque resultaría difícil no decir que eran en realidad unisex: chaquetas vaqueras extra largas o americanas rectas, válidas también para ellos.

El punto de color lo pusieron las prendas de punto, con rebecas sin mangas en estampados psicodélicos y camisetas básicas con ilustraciones estampadas.