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PORTUGAL

La opa del Caixabank cierra uno de los quebraderos de cabeza de la banca lusa

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Torres de la Caixa
La opa del Caixabank cierra uno de los quebraderos de cabeza de la banca lusa

Lisboa, 9 feb (EFE).- El éxito de la opa del español Caixabank sobre el Banco Portugués de Inversiones (BPI) pone fin a uno de los quebraderos de cabeza del sistema bancario luso, cuya situación sigue siendo una de las mayores preocupaciones del país.

Agencias como Fitch y Moody's han alertado en las últimas semanas sobre la urgencia de apaciguar la situación de la banca y el propio primer ministro portugués, el socialista António Costa, reconoció esta semana que hay problemas en el sector, aunque matizó que no es nada "nuevo" y que "se está resolviendo".

La situación del BPI, quinto mayor banco de Portugal, parece estar encarrilada después de la opa, que pone fin a un largo conflicto interno entre accionistas protagonizado por el Caixabank y la empresaria angoleña Isabel Dos Santos.

Tras la operación, el Caixabank es el claro dueño del BPI, con el 84,5 % del capital, y se convierte en "un player destacado del sistema financiero portugués", como dijo su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, en la rueda de prensa en la que se presentaron los resultados de la operación.

El banco, que será dirigido por el español Pablo Forero, mantendrá su marca en Portugal y seguirá cotizando en la Bolsa de Lisboa, aunque su liquidez bursátil es muy reducida y hoy saldrá del PSI-20.

Dos Santos abandona la entidad con el control del Banco de Fomento de Angola (BFA) en sus manos, jugada que sirvió también para reducir la exposición del BPI a sus activos en Angola y evitar así sanciones de Bruselas, con lo que supuso un final feliz para ambas partes.

Además del BPI, la principal entidad privada del país, el Banco Comercial Portugués (BCP), también acaba de encauzar su futuro después de cerrar con éxito una ampliación de capital de 1.330 millones de euros que ha culminado una profunda renovación en su estructura accionista.

Hace apenas tres meses, su principal accionista era la petrolera estatal angoleña Sonangol -presidida por Dos Santos- con casi el 18 % del capital, seguida del español Banco Sabadell, con cerca del 5 %.

Ahora el primer puesto lo ocupa el grupo chino Fosun, que entró en el banco en noviembre y amplió su presencia con la reciente ampliación, y cuya llegada llevó al Sabadell a vender casi toda su participación en el banco.

Según explicaron a Efe fuentes del sector, Fosun cuenta ahora con una participación cercana al 24 %, por delante de Sonangol (14,9 %), el fondo estadounidense Blackrock (3 %), la eléctrica portuguesa EDP (2 %) y otros accionistas menores.

La ampliación de capital le ha permitido pagar hoy los 700 millones de euros que el banco todavía debía al Estado de la ayuda recibida durante la crisis, algo que, según las mismas fuentes, ayudará a eliminar "limitaciones operativas", especialmente en materia salarial.

El mayor banco del país, el estatal CGD, todavía no ha concluido el plan de recapitalización que deberá reforzar su capital en unos 5.000 millones de euros.

Sí ha superado el escollo que supuso la dimisión de su anterior administración, que duró apenas cuatro meses en el cargo debido a una polémica sobre la obligación de que los gestores presentasen su declaración de la renta y patrimonio ante el Constitucional.

El nuevo responsable de la entidad, Paulo Macedo, ya recibió el visto bueno del Banco Central Europeo (BCE) y está en funciones desde el 1 de febrero.

El gran dolor de cabeza del sistema bancario luso sigue siendo el futuro del Novo Banco, que se intenta vender por segunda vez.

El fondo estadounidense Lone Star ya ha sido apuntado oficialmente como favorito para hacerse con la entidad con una oferta de 750 millones de euros, aunque pide una garantía estatal para protegerse de futuros problemas que el Gobierno no quiere conceder.

Las negociaciones continúan con Lone Star y con el otro candidato, el consorcio integrado por los estadounidenses Centerbridge y Apollo, para conseguir alcanzar un acuerdo capaz de convencer a todas las partes.

Una venta por una cantidad baja supondría un revés para todo el sistema financiero, pues serían los otros bancos portugueses los que asumirían la diferencia entre los 4.900 millones de euros con los que fue recapitalizado el Novo Banco y el precio final.

Ante la posibilidad de que no se consiga cerrar una venta que convenza a todas las partes se han puesto sobre la mesa otras alternativas, como la nacionalización. EFE