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La Biblioteca Nacional expone por primera vez libros prohibidos del bibliófilo Luis de Usoz

En octubre de 1873, María Sandalia del Acebal y Arratia donaba a la Biblioteca Nacional de España la valiosa librería de obras prohibidas de su marido, el "desconocido" bibliófilo Luis de Usoz y Río (1805-1865), y a partir de hoy, parte de esos fondos se exponen en la institución que los ha custodiado.

La Biblioteca Nacional expone por primera vez libros prohibidos del bibliófilo Luis de Usoz
La Biblioteca Nacional (Foto EFE)
La Biblioteca Nacional expone por primera vez libros prohibidos del bibliófilo Luis de Usoz

Madrid, 25 may (EFE).- En octubre de 1873, María Sandalia del Acebal y Arratia donaba a la Biblioteca Nacional de España la valiosa librería de obras prohibidas de su marido, el "desconocido" bibliófilo Luis de Usoz y Río (1805-1865), y a partir de hoy, parte de esos fondos se exponen en la institución que los ha custodiado.

"Luis de Usoz es un personaje muy desconocido. Es uno de los mayores eruditos del siglo XIX, y se dedicó a engrandecer el patrimonio bibliográfico español", ha explicado hoy en un encuentro con medios Marta Vizcaíno Ruiz, comisaria de la muestra "La librería secreta de Luis de Usoz", una cuidada selección de su gran librería.

Fue dueño de una de las bibliotecas más importantes de ejemplares prohibidos -entorno a 12.000 volúmenes, manuscritos e impresos-, llevados a España de forma clandestina para preservar, y en algunos casos exhumar, las obras más denostadas de la literatura hispana, así como los principales escritores de la primera y segunda Reforma.

Las Biblias traducidas al español que no pudieron circular por la península, como la "Biblia del oso" de Casiodoro de Reina; folletos de propaganda de Lutero; libros de Calvino y Erasmo; la primera edición de la autobiografía de Blanco White o los poemas de un esclavo cubano son algunas de las piezas que se exponen desde hoy.

La pasión de Usoz -que nació en Chuquiraca, provincia de las Charcas, en el virreinato del Perú, actualmente Bolivia- por estas joyas prohibidas, explica Vizcaíno, viene en parte de su padre, quien era un magistrado que también coleccionaba tomos "malditos".

La familia, adinerada y "tremendamente ilustrada", tuvo que exiliarse en España tras apoyar públicamente a Fernando VII en lugar de a las tropas francesas. Ya en Madrid, después de que sus padres falleciesen, él y sus hermanos quedaron bajo tutela de su tío, y gracias a ello pudieron entrar a los mejores colegios de la capital. En esos centros tuvo como compañeros a nombres como Espronceda, Ventura de la Vega o Agustín Durán, aunque más tarde estudiaría leyes y sería catedrático de hebreo en la Universidad de Valladolid.

"Se dedicó a rescatar una parte del patrimonio bibliográfico español que había desaparecido porque La Inquisición había quemado las obras y a los propios autores. De estas obras quedaron algunas pocas en Europa y algunas en España, en alguna biblioteca de algún noble", apunta Vizcaíno.

Usoz, asegura, "se dedicó a buscarlas, resucitarlas y editarlas para que perduraran y devolverlas a los españolas", y por ello, cuando murió en 1865, le dejó la potestad a su mujer de donar la colección.

Ella, 8 años después de la muerte de Usoz, cedió la librería a la BNE para asegurar, de esta forma, que quedaba en el territorio nacional una colección de la que también destaca las notas y cartas que Usoz dejó entre los libros, para explicar al lector que algún día los abriese libremente, la importancia o misterio de cada uno.

Sin embargo, el bibliófilo quiso mantener en vida oculta su "condición de coleccionista de obras prohibidas", una de las razones por las que se ha convertido en un "desconocido". Precisamente por ello, Vizcaíno celebra que se le rinda homenaje mostrando el enorme legado de un "luchador romántico".