Santander, 23 ago (EFE).- El coordinador del Programa de Paleobiología de Homínidos del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, José María Bermúdez de Castro, ha lamentado el "gravísimo error" que cometen los países al esperar a que sus científicos cumplan 35 ó 40 años para trabajar en sus campos.

A menudo, según Bermúdez de Castro, los científicos no encuentran un empleo como investigadores hasta los 35 años y, en algunos casos, hasta los 40, cuando ya casi se produce "el declive intelectual" del ser humano.

Durante su intervención en el Aula de Verano Ortega y Gasset de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Bermúdez de Castro ha criticado la labor de las instituciones, porque no entiende que los jóvenes que se dedican a la ciencia o a otras profesiones "importantes o de mucha relevancia" tarden muchísimo en llegar a un puesto de trabajo estable.

Ha señalado así que a menudo los científicos no tienen un empleo como investigadores hasta los 35 años y, en algunos casos, hasta los 40, cuando ya casi se produce "el declive intelectual" del ser humano.

"Puedes empezar a los 16 años sirviendo platos y está bien, pero si quieres llegar a ser médico ¿Cuánto tardas?. Un montón de años, hay que estudiar muchísimo naturalmente, pero si eres científico es muchísimo peor", ha opinado.

Además, dentro de su campo de conocimiento, Bermúdez de Castro ha manifestado que el cerebro es un órgano "tremendamente caro" por su alto consumo de energía, de entre un 20 y un 25 % del total de un ser humano.

Por ello considera que "no va a ser mucho más grande de lo que es en la actualidad", ya que en ese caso debería consumir todavía más.

Ha aseverado que la evolución tiene "sus fórmulas" pero augura que la especie "nunca" gastará más energía de la que necesita porque el consumo ya es "bestial" actualmente, y tanto es así que la sociedad se está "comiendo" la energía del planeta.

El coordinador del Programa de Paleobiología de Homínidos del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, en Burgos, ha dejado la puerta abierta a que el cerebro adquiera más "repliegues" y "conexiones", pero ha insistido en que no implicará que gaste más de lo que ya hace.

El experto ha destacado que el tamaño del cerebro no es el que marca la inteligencia del humano, sino su "complejidad", su carácter colectivo y de asociación con otras personas.

"A pesar de que se hayan producido algunas mutaciones, lo fundamental de nuestra inteligencia es la colectividad y formar un cerebro colectivo", ha explicado.

En el Aula de Verano Ortega y Gasset, que estos días reúne a los cien mejores expedientes de España entre el Bachillerato y la Selectividad de este año, los alumnos conocerán la situación actual de las enseñanzas universitarias en diferentes áreas de conocimiento de la mano de catedráticos, investigadores y doctores.