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EE.UU.

Primera victoria legislativa de Trump en la pugna por la nueva ley sanitaria

El presidente de EEUU, Donald Trump, se anotó una victoria legislativa esta semana al lograr la aprobación de su ley sanitaria en la Cámara de Representantes, aunque la batalla para derogar el actual sistema impulsado por su antecesor, Barack Obama, será larga y compleja en el Senado.

Primera victoria legislativa de Trump en la pugna por la nueva ley sanitaria
El presidente de EE.UU. Donald Trump
Primera victoria legislativa de Trump en la pugna por la nueva ley sanitaria

Washington, 6 may (EFE).- El presidente de EEUU, Donald Trump, se anotó una victoria legislativa esta semana al lograr la aprobación de su ley sanitaria en la Cámara de Representantes, aunque la batalla para derogar el actual sistema impulsado por su antecesor, Barack Obama, será larga y compleja en el Senado.

Tras el sonado fracaso de hace unas semanas, cuando los propios republicanos de la Cámara Baja tuvieron que suspender hasta en dos ocasiones el voto por falta de consenso entre ellos mismos, Trump necesitaba reivindicar su poder en el Congreso, y logró por fin un acuerdo, aunque por un margen estrechísimo.

A Trump no le importó que se votara el texto sin que la Oficina de Presupuesto del Capitolio (ente apartidista) emitiera su informe final de impacto sobre la legislación, algo que nunca ocurre, ni tampoco ceder en las demandas del sector ultraconservador de su partido, que logró retirar las disposiciones sobre las enfermedades preexistentes, un asunto vital para los estadounidenses.

Con evidentes aires de celebración, y rodeado de congresistas, Trump auspició la rueda de prensa posterior al voto en los jardines de la Casa Blanca, como si el proyecto de ley ya estuviera firmado y él pudiera dar por cumplida su gran promesa de campaña: acabar con el Obamacare, como se conoce al actual sistema sanitario.

Sin embargo, el texto legislativo ahora pasa al Senado, donde los republicanos tienen una mayoría mucho más estrecha que en la Cámara de Representantes, los procesos de análisis son mucho más lentos y varios senadores conservadores ya han mostrado su rechazo al proyecto.

Los republicanos más moderados, y en cuyos estados el Obamacare ha supuesto un impacto considerable al mejorar el acceso a la sanidad de los ciudadanos, saben del peligro que corren sus escaños si permiten que la propuesta de la Cámara de Representantes prospere, por lo que es previsible que el texto actual sufra cambios drásticos.

Por otra parte, los republicanos más radicales, como Rand Paul o Ted Cruz, no aceptarán tampoco una versión edulcorada de la legislación porque quieren acabar con el actual sistema completamente.

La primera versión de la ley, antes de las enmiendas requeridas por el sector ultraconservador de los republicanos, supondría que en una década 24 millones de estadounidenses perdieran su seguro médico, a lo que se suma el hecho de que la disposición sobre enfermedades preexistentes hará que millones de personas no puedan costearse ninguno.

Las asociaciones nacionales de médicos han mostrado su rechazo a la propuesta y han advertido de su "devastador impacto": la ley de Obama había reducido a la mitad en siete años los casos de bancarrota familiar por enfermedad de alguno de sus miembros.

Los demócratas, que reconocen que el sistema sanitario puede ser mejorable, no están sin embargo dispuestos a ponerles las cosas fáciles a los republicanos para acabar con el actual.

"Este proyecto de ley no va a llegar a ningún lado en el Senado de Estados Unidos", aseveró el líder de la minoría demócrata en la Cámara Alta, Chuck Schumer.

"En lugar de tratar de aprobar una versión diferente del mismo Trumpcare, que significaría costos más altos por menos cuidado, los republicanos en el Senado deberían negarse a seguir a sus colegas de la Cámara hacia el precipicio, rechazar la legislación, y trabajar con los demócratas para mejorar nuestro sistema de atención sanitaria de una manera bipartita", agregó.

De hecho, como se ha demostrado esta semana con las negociaciones del presupuesto, los demócratas tienen la capacidad para presionar lo suficiente a la mayoría republicana con las maniobras de bloqueo.

Los fondos federales para lo que queda de año fiscal, que se acordaron finalmente en los últimos días, no atendieron a la mayoría de las demandas de Trump, como la financiación para la construcción de un muro en México, dinero para una fuerza de deportación masiva,la retirada de fondos para Obamacare o las clínicas abortivas.